• ¿Cómo sé si necesito terapia?

 

A menudo sientes malestar, sufrimiento, ansiedad, miedo, tristeza o ira. Te cuesta manejar esas emociones y afecta en tu entorno familiar, laboral, social o escolar.

Sientes que algo en tu interior no te deja estar sereno y feliz, sintiéndote desesperado, solo, incomprendido o frustrado.

 

• ¿En qué me puede ayudar el psicólogo?

 

Siempre y cuando estés convencido de querer hacer cambios en tu vida, el psicólogo, desde un punto de vista objetivo y profesional, te escuchará sin juzgarte y te dará herramientas para comprender y gestionar tus emociones, pensamientos y conductas.

El objetivo último de la terapia será que aprendas a afrontar y resolver por ti mismo los problemas de forma adecuada.

 

• ¿Cómo trabajamos?

 

En las primeras sesiones se hará una evaluación en la que recogeremos la información sobre tu problema, esto, nos ayudará a entender cuál es tu dificultad, cuál es el origen y porque se está manteniendo en la actualidad.

A partir de ahí elaboramos un plan de tratamiento marcando unos objetivos de acuerdo a tu circunstancia personal.

 

• ¿Cuánto dura un tratamiento psicológico?

 

La duración viene determinada en función de la problemática particular de cada uno y de la implicación personal para poner en práctica las técnicas y estrategias que se van trabajando durante la terapia.

 

• ¿Cuál es la frecuencia de las sesiones?

 

Generalmente al principio es una semanal con una duración aproximada de una hora.

Conforme se van alcanzando objetivos las sesiones se van espaciando a frecuencia quincenal o mensual.

 

• ¿El psicólogo me dice lo que tengo que hacer?

 

No, el psicólogo ayuda a identificar qué está bloqueando en este momento, qué conductas perjudican y hacen que se mantenga el problema y cuáles serían las pautas saludables que beneficiarían, pero es el paciente el que finalmente tomará sus propias decisiones.

 

• ¿El psicólogo puede contar lo que hemos hablado en la sesión?

 

El contenido de las sesiones nunca saldrá del espacio terapéutico cumpliendo con el código deontológico del ejercicio de la profesión.

Si un familiar se pusiera en contacto con nosotros, sólo podría hablar con el psicólogo tras el expreso consentimiento del paciente, el cual sería informado de ésta circunstancia.

El paciente mayor de edad hace uso de su derecho de estricta confidencialidad.

 

• ¿Y en el caso de menores?

 

La intervención terapéutica debe ser autorizada por ambos progenitores o tutores legales.

Cuando son niños se realiza la intervención en colaboración con los padres.

Con adolescentes, para el buen funcionamiento de la terapia, se hace imprescindible la confidencialidad y así favorecer que el/la joven se pueda expresar con libertad.

Ésta sólo se verá alterada en caso de que exista riesgo para la integridad del menor.